B. DARSE CUENTA DE QUE EXISTE UN REMEDIO.

Muchas personas que están atrapadas en el ciclo temor-adrenalina-síntomas, suponen que no hay forma de salir de eso. Es probable que hayan vivido en esa forma durante tanto tiempo que ya se han resignado a una vida de temor y dolor. ¡Que sorpresa se llevan y que felices se sientes cuando finalmente descubren que si existe una cura para la enfermedad de los nervios!
Cuando se trata de la “enfermedad” del pecado, ¿existe cura? Muchos que no conocen el mensaje de la Biblia responden: “¡No! El hombre es pecador y no hay nada que se pueda hacer para curarlo”.
¿Pero recuerda usted lo que Rafael le dijo a Julia? El había visto en la Biblia que Dios se preocupaba por nuestros problemas nerviosos lo suficiente como para instarnos a dejar de inquietarnos, relajarnos y confiar en El. Entonces, si Dios nos aconseja con respecto a nuestros colapsos nerviosos, ¿No hará también algo para solucionar el inmenso problema del pecado, la muerte y el castigo eterno en el infierno?


¡Por supuesto que lo hará! ¡Ya lo hizo! Lea lo que dice San Pablo al respecto:
Romanos 3: 23-25. Todos han pecado y están lejos de la presencia salvadora de Dios. Pero Dios, en su bondad, gratuitamente, los ha librado de culpa mediante la liberación que se alcanza por Cristo Jesús. Dios hizo que Cristo, al derramar su sangre, fuera el instrumento del perdón.
Colosenses 2: 14. Dios cancelo la deuda que había contra nosotros y que nos obligaba con sus requisitos legales. Puso fin a esa deuda clavándola en la cruz.
Hebreos 9: 26. Cristo ha aparecido una sola vez y para siempre ofreciéndose a si mismo en sacrificio para quitar el pecado.
Estos son algunos de los muchos pasajes de la Biblia que afirman que Dios ja pagado la deuda por nuestros pecados, porque Jesucristo dio su vida en nuestro lugar. El murió para dar su vida inocente como pago por todos los pecados que se hayan cometido. El murió por mí; El murió por usted. Lo hizo porque nos ama mucho, como dice en el siguiente versículo:
San Juan10: 11y 18. Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas… Nadie me quita la vida, sino que yo la doy por mi propia voluntad. Tengo el derecho de darla y de volver a recibirla.
En la última frase Jesús hace referencia al hecho de que, después de derramar Su sangre por nuestros pecados. El volvería a levantarse de entre los muertos. ¡Y eso es exactamente lo que hizo! Con su resurrección El ha probado:
1.- Que era verdaderamente Dios.
2.- Que Dios el Padre acepto que El pagara por nuestros pecados.
3.- Que El se levanto de entre los muertos y nos dará eterna vida después de la muerte.
Esto es lo más grande que Dios ha hecho para salvarnos y para unirnos a El nuevamente. Esta es la cura para las enfermedades mas graves que infectan a la humanidad: el pecado, la culpa y el alejamiento de Dios nuestro Padre celestial.
Queda esta pregunta: ¿Cómo aplicamos el remedio?

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